Su dormitorio debe relajarles y estimularles, ayudarles a descansar y a estudiar…
Una cama, tres etapas
Que un mismo mueble sea capaz de adaptarse a las diferentes necesidades de descanso del niño, es el principal objetivo a la hora de elegir la cama, el mueble básico en la habitación infantil. Debemos asegurarnos de que le durará al menos 10 años. Para ello, las camas evolutivas son la solución: primero son una cuna que luego se transforma en cama junior y, después, en sofá auxiliar para crear una zona de juegos. Suelen ser más caras pero resultan una buena inversión ya que pueden cumplir tres funciones. Es necesario tener en cuenta que la cama deberá combinar más adelante con el resto del mobiliario, así que no elijas un diseño demasiado infantil. ¿Una apuesta segura? Un modelo de líneas rectas y realizado en madera.
Zona de juego y un rincón para jugar
A partir de los 5 años, la zona de estudio comienza a tomar más importancia y hay que favorecer la concentración con la distribución y la iluminación.
Es importante que el niño se acostumbre a trabajar siempre en el mismo sitio y que sea un lugar cómodo y agradable. Es conveniente equiparlo con una pizarra, un mural de corcho para pegar los dibujos y la organización de las tareas, una librería… Lo ideal es contar con tres espacios diferenciados aunque sea dentro de la misma habitación infantil: para jugar, para estudiar y para dormir.
El orden y la organización de la habitación le ayudarán a estudiar. Es necesario que los juguetes estén guardados y fuera de la vista del niño a la hora de concentrarse en los deberes. Basta un baúl o una caja grande en la que puedan esconderse.
Evita las distracciones, tanto de equipos de música, como de televisores o juegos electrónicos, mientras el niño estudia.
Tres muebles imprescindibles para el estudio:
- La mesa: de un tamaño de 1,20 m de largo x 60 cm de ancho como mínimo y disponer al menos de un cajón para dejar los lápices y los libros.
- La silla: Elígela con una altura proporcional a la de la. Es importante que tenga el respaldo alto y se aconseja que no tenga ruedas hasta que el niño no tenga por lo menos 8 años.
- La estantería: Para tener los libros y cuentos ordenados y siempre a mano.
El mundo es de colores y formas
La decoración de la habitación infantil debe ir acorde a la edad del niño.
- Durante los 2 primeros años: Apuesta por formas simples y colores básicos. Usaremos tonos suaves para ayudar a crear un ambiente de descanso.
- Desde los 2 a 5 años: Los niños identifican acciones, así que proponemos murales con personajes realizando una actividad: jugando a pelota, comiendo una manzana, leyendo un cuento… En esta etapa, el color ha de ser estimulante para animar su vitalidad.
- A partir de los 6 años: Los personajes cobran importancia, ya que los niños se identifican más con ellos (piratas, princesas…). ¿Nuestros preferidos? Los murales didácticos como planetarios, mapamundi de animales, monumentos… muy útiles para aprender y situarse en el mundo. Y se introducen colores terciarios (piedras, caquis…) que educan su estética.